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“A menudo intento capturar el viento con mis piedras.
El viento en una falda de una madre, en las ramas de un árbol, las velas de un velero, los pétalos cayendo de una margarita,
las cometas volando alto, la ropa tendida en una cuerda.
El viento lleva nuestros recuerdos y suavemente nos envía recordatorios con cada respiración o golpe poderoso que sentimos en nuestros rostros y que hace salga ese, nuestro niño interior".
Comencé este medio artístico hace unos 12 años. Mi hijo tenía cinco años y recogió el primer puñado de piedras, que terminaron acabando ser pollitos y mariposas. He soñado con desarrollar este oficio artesano desde entonces.
Evolucionando, diseñando, agregando nuevos elementos como madera flotante, ramitas, vidrio marino, tinta y alambre.
Continuaré encontrando nuevas formas de capturar la belleza de la vida que nos rodea.
Un pequeño estudio en un ático que se divisa todo el Delta, detrás de los olivos, almendros y algarrobos que pueblan la zona.
El taller es un pequeño espacio, muy ordenado y la mayor parte lleno de bandejas de guijarros, piedras, piedrecitas, trozos de conchas, trozos de vidrio que el mar esculpió.
Contamos con un pequeño estudio llamado Xiringuito en la población de l´Ametlla de Mar.
Es un lugar encantador lleno de sol en verano y del calor de una acogedora chimenea de leña en invierno. Una amplia terraza.
Es nuestro lugar feliz.
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