Para el amor no hay distancias.
Fue el sábado noche, ya iba a comenzar a recoger la parada de artesano, cuando vi que se acercaba una familia y decidí esperar a que pasaran. Se pararon al ver el puesto, dos matrimonios y dos niñas, una de ellas con un brillo muy especial de ojos, no eran de un color bonito, pero tenían un brillo especial que le hacían tener un aire angelical.La madre iba leyendo las frases de los cuadros a las niñas y lo que no entendían se lo explicaba en un idioma que no alcanzaba a identificar, como uno es curioso por naturaleza le pregunté que idioma hablaban, “un dialecto germánico suizo”, normal que no entendiese nada, mi curiosidad fue en aumento y le pregunté su nacionalidad, Suiza. Le volví a preguntar como hablaba también el castellano y de ahí ya pasó a contarme la historia de sus abuelos que en el año 1937 tuvieron que emigrar a Francia, donde tuvieron a su primera hija, unos años después marcharon a Suiza donde ya se instalaron montando una pequeña imprenta, pero sus abuelos nunca se olvidaron de su pueblo asturiano, de su lugar de nacimiento, de sus orígenes, de su lengua. Ella continuó viendo cuadro por cuadro, al llegar al “Senderista” leyó la leyenda “se hace camino al andar”, sus ojos brillaron con el brillo de los ojos de su niña, la que deduje que era una amiga le habló, yo intuí que le preguntaba que le pasaba, ella le contesto en ese dialecto y al momento me tradujo a mí, “lo que único que se llevo mi abuelo de España, fue un libro, Cantares de Antonio Machado”, a mi se me pusieron los pelos erizados, hasta los de las piernas, intente disimular como que estaba haciendo algo para dejarles ver el resto de los cuadros, hasta que la niña del brillo de ojos especial, pronuncia la frase “toma mi corazón, tuyo es mío no”, un pequeño homenaje que le quise hacer a mi mamá y a ese momento de la oración de buenas noches, y junto con su madre y su hermana pequeña todas a la par comienzan “Jesusito de mi vida eres niño como yo, por eso te quiero tanto y te doy mi corazón, tomalo, tuyo es mío no”. A la mañana siguiente, tenia un mensaje en mi movil, “Fue un placer conocerte y ver tu trabajo, tengo unos encargos que hacerte, esta tarde pasaremos a verte”. Algunos de nuestros cuadros se van a Italia, otros a Suiza.
Para el amor no hay distancias, el que quiere estar, está.
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